Abraham Brown y Ezequiel Campos querían tacos mexicanos auténticos. Para satisfacer su antojo, los dos manejaban tres horas hacia el norte a Indianapolis o dos horas hacia el sur a Nashville, Tennessee.
“Un día, hablábamos de que los tacos eran los más caros que comíamos porque teníamos que comprar la gasolina y todo lo demás para el viaje,” dice Brown. “La comida estaba muy costosa, pero muy deliciosa.”
Brown y Campos decidieron que el momento había llegado para tener este tipo de comida mexicana auténtica en Evansville, y se acercaron a varios restaurantes en el área para ver si expandirían los menús.
“Sin exagerar, fuimos a cinco restaurantes pidiéndoles que hicieran algo así para que no tuviéramos que viajar tan lejos,” dice Brown. “La mayoría dijo que Evansville no estaba listo para tal cosa.”
De regreso de un viaje para comer tacos en Indianapolis, los dos decidieron usar sus ahorros para abrir un negocio pequeño con el propósito de introducir comida mexicana genuina a la región. Lo intentarían por un año. Si resultara exitoso, sería genial. A lo contrario, sabrían que Evansville de verdad no estaba listo.
El siguiente paso fue buscar un local. Durante este tiempo, Brown tuvo una reunión en la zona de comida de Washington Square Mall y notó que muchos latinos frecuentaban el lugar. Brown invitó a Campos, quien estaba un poco escéptico, a tomar un café en la zona de comida, y le dijo que lo podría presenciar por sí mismo. Efectivamente, el centro comercial rebosaba de clientes latinos. Ese mismo día, Brown y Campos fueron a la oficina para averiguar si podrían alquilar lo que sería el primer local para La Campirana.
El restaurante, está abierto desde junio del 2015, ya lleva casi dos años y medio en servicio. Lo que empezó como un negocio pequeño en Washington Square Mall creció rápido y se trasladó a 724 N. Burkhardt Road con un segundo local que se proyecta abrir en el otoño en el Old Post Office.
=“Pensábamos que si tuviéramos de 30 a 50 personas que venían, estaríamos bien,” dice Brown. “El primer día tuvimos mas de 200 personas en el restaurante, y no hicimos publicidad ni nada. Nunca se bajó de 200 personas. Subía, subía, y subía.”
En menos de dos semanas de haber abierto La Campirana, Brown y Campos supieron que uno de los dos tendría que dejar su empleo para dedicarse tiempo completo al restaurante. Campos, un gerente de Los Bravos en el oeste de la ciudad, entró a trabajar tiempo completo, mientras que Brown continuaba trabajando como director del ministerio latino de Holy Name of Jesus Catholic Church en Henderson, Kentucky, y del periódico español de la comunidad El Informador Latino.
“Pensé que sólo sería por un par de meses, y tal vez tendría que volver a Los Bravos,” dice Campos. “No fue fácil traer esto a Evansville porque nadie está acostumbrado a esto. Pero al fin, todos nos han respondido muy bien. Por lo tanto, aquí estamos.”
Los dos dicen que nunca soñaron con estar en un sitio tan grande como el local actual, presumiendo que estarían por lo menos tres años en Washington Square Mall antes de poder expandir. La Campirana superó la capacidad del sitio original después del primer año.
Una buena porción del éxito del restaurante se puede atribuir al apoyo de familia, amigos, y la comunidad latina local. Para prepararse por la inauguración en el 2015, Brown y Campos se acercaron a los amigos para averiguar que comida de México les hacía falta. Empezaron con un menú pequeño y sencillo de unos seis platos con seis a ocho opciones de carne.
Ahora el restaurante cuenta con 11 platos principales. Algunos son comidas familiares para muchos en los Estados Unidos como las enchiladas, las quesadillas y los tacos. Otros no son tan familiares. La torta, por ejemplo, es un emparedado tradicional de México hecho con pan telera, fríjoles, carne, mayonesa, aguacate, lechuga, tomate y queso Chihuahua.
Muchos de los platos son recetas de familia. El caldo de res, una sopa mexicana tradicional, es de la abuela de Brown. La salsa más picante se inspira por la madre de Brown quien machacaba los pimientos, tomates y cebolla asados con especias e hierbas en un mortero para hacer la cobertura picante. La madre de Campos contribuyó las recetas para las enchiladas y la birria — un plato de carne de costilla desmenuzada y adobada con una salsa picante tradicional y servida con arroz, un acompañamiento de cilantro fresco y cebolla picadas, y tortillas de maíz.
Un plato que los clientes no encontrarán en el menú — totopos y salsa.
“Sería muy fácil vender totopos y salsa porque la gente lo está pidiendo,” dice Brown. “Queremos ofrecer la misma comida autentica que encontraría en México.”
Esto implica que además de los platos sabrosos ofrecidos en La Campirana, los consumidores también pueden pedir un surtido de postres, jugos y fruta. Las frutas típicas como la piña, las fresas, el mango y la sandía se encuentran en el menú, pero también se ofrecen las frutas más exóticas como la jícama y el tamarindo.
El restaurante también se amplió recientemente para incluir una heladería con sabores raros como el tamarindo, la guanábana y el maíz. Sin embargo, el artículo más pedido son las paletas. La Campirana actualmente tiene 23 sabores de paletas, pero se piensa expandir a 28.
Las aguas frescas se preparan cada día. El establecimiento también ofrece ensaladas de fruta cubiertas con una salsa picante auténtica, biónicos de fruta, yogurt y granola, y batidos de fruta como la mangonada picante que es popular en México.
“Uno encuentra frutas frescas todo el tiempo en México. Al lado de una taquería siempre hay una frutería, o hay personas en las calles vendiendo frutas,” dice Brown. “Claro, quería hacer las gorditas y los tacos, pero quiero exponer a Evansville a una manera diferente de ver las frutas — frutas auténticas.”
Cada detalle del restaurante está enraizado en la misión de traer al Tri-State el México auténtico. Aún el nombre del restaurante, como la comida, es auténtico. La comida, el restaurante y la genta son campiranos.
“Queremos que ustedes prueben y coman lo que nosotros, los mexicanos, comemos en las calles de México,” dice Campos. “Es nuestro nicho y queremos que ustedes lo experimenten — estar en México mientras viven en los Estados Unidos.”
Tal vez el testamento más grande de la autenticidad de La Campirana, sin embargo, no es la comida ni el nombre sino el respeto a todos de la región. El restaurante ya tiene muchos aficionados fanáticos, algunos que visitan tres o cuatro veces durante la semana.
“Los conocemos por nombre,” dice Campos. “Sabemos que les gusta.”
“Tan pronto que abren la puerta, sé que van a pedir cinco tacos y una horchata,” dice Brown. “Sabemos que les gusta, y hemos tenido clientes fieles desde el primer día.”
En el fondo, La Campirana existe para compartir la cultura con la comunidad y transportar a los clientes al corazón de México por medio de los sabores frescos, picantes, y auténticos.
“Diría que eso es el secreto — ofrecer no sólo la comida deliciosa pero también el servicio al que estamos acostumbrados en México,” dice Brown. “Son parte de una gran familia, como la que vendría a comer a la mesa de mi mama. Nos gusta mostrar eso a todos. Es como venir a la mesa de nuestra familia.”
Dirección: 724 N. Burkhardt Road
Teléfono: 812-550-1585
Horas: 11 a.m. a 8 p.m. domingo-miercoles; 11 a.m. a 9 p.m. jueves-sábado
Página de web: facebook.com/lacampiranaevansville
Precios: $2-$12
Pago: Se aceptan todas las principales tarjetas de crédito.